sábado, 11 de agosto de 2012

Capítulo 21

Buenos días!! ^^ Hoy es un poco más pronto de lo normal y es que me ha tocado madrugar. Así que para despertaros con una alegría (al menos espero que os guste) os dejo con el capítulo 21. Como ya os dije en el anterior, este no es muy largo... pero aparece alguien muy especial. Alguien por el que normalmente me preguntáis en los comentarios ;) No me enrrollo más, hasta mañana!!


 
En la habitación, el trabajo continuaba, pero no había ni rastro ni de Yolanda ni de Helen. Un poco decepcionada y sin la misma determinación que antes, me senté en la silla de mi escritorio. De repente, me di cuenta de que me estaban vigilando de cerca. No es que estuvieran quietos y mirándome fijamente, pero sí me percaté de que dirigían miradas rápidas hacia mí. Miradas que parecían no haber existido cuando levantaba la cabeza para comprobarlo. Me sentía un poco inquieta por aquella atención generalizada tan repentina, pero me abstuve de volver a gritarles. No se lo merecían. Pero no podía olvidarme de esa sensación ni centrar mis pensamientos en otra cosa que no fueran esos ojos observadores. Al final, mi curiosidad me pudo y me acerqué a un hombre que estaba dejando reluciente el espejo de mi tocador.

- Disculpa, ¿por qué no dejáis de mirarme así? – El hombre, sobresaltado, se dio la vuelta y se le cayó el bote de líquido limpiacristales al suelo. Me agaché para recogerlo y se lo tendí amablemente. Una sonrisa claramente forzada asomaba entre mis labios, pero al darme cuenta de que eso era precisamente lo que hacía durante las comidas, desapareció. – Aquí tienes.

- Muchas gracias, señorita Sheila.

- Sheila. – corregí. El criado se me quedó mirando sin comprender. Muchos imitaron su reacción. – Esto va para todos. Por favor, llamadme Sheila. En esta habitación no hace falta que nos tratemos de usted. ¿De acuerdo? – dije alzando la voz ante la atenta mirada de todos los presentes. Vi algunos gestos de desacuerdo y otros más felices y divertidos.

- Pero la norma de cortesía es… - continuó el hombre con el limpiacristales.

- Me da igual. Cuando estéis dentro de estas cuatro paredes me trataréis de tú y punto. Si lo prefieres, tómatelo como una orden.  – bromeé, pero él pareció entenderlo como una verdadero mandato y agachó la cabeza, lo que me recordó mucho a cuando un perro, intimidado por otro, agacha las orejas y se retira cabizbajo con la cola entre las piernas. Al parecer, imponía más respeto del que me hubiera pensado.

A partir de ese momento, el clima en la habitación pareció relajarse. Los criados continuaban hablando entre ellos, pero dejaron de ejercer su vigilancia sobre mí, para mi gran alivio. Además, al ser sólo tres, el ruido era mucho más bajo que antes. Una de las criadas se acercó para limpiar el escritorio y organizar los libros que había dejado tirados de cualquier manera. Me levanté para dejarle más espacio, pero ella negó con la cabeza y me hizo un gesto para que me volviera a sentar. Se trataba de una de las veteranas y un rostro habitual entre el equipo de limpieza, como demostraban sus manos callosas y su olor a lejía.

- Sheila, bonito nombre. – Lo dijo como si fuera un pensamiento expresado en voz alta, sin dirigirlo a nadie en concreto. Ni siquiera me estaba mirando. – Comparándolo, Helen es horrible. ¿No creesssss? – Marcó tanto la ese final que no pude evitar esbozar una sonrisa.

- No creassss. Helen suena muy bien.

- Graciasssss. – respondió.

Al poco tiempo, me sorprendí hablando con ella como si fuera una amiga más de toda la vida. Ni siquiera hablábamos de nada en concreto. Pasábamos de hablar del tiempo a comentar el último modelito de alguna de las huéspedes alojadas en la mansión. Me impresionó la cantidad de nombres que conocía Helen, más de los que habría memorizado yo en toda mi vida. Parecía saber todo lo que pasaba en la mansión y estaba orgullosa de ello.  

Al principio, me sentí fuera de lugar como si hablar con ella fuera una gran equivocación y lo estuviera haciendo todo mal. Se reía demasiado tarde de mis bromas o se apresuraba a llenar un espacio vacío con una risa falsa y estrepitosa o un comentario claramente fuera de lugar. Teníamos pocos temas en común, por no decir ninguno y, sin embargo, no parecía ser un obstáculo para nosotras. Era como si simplemente estuviéramos retomando una conversación a medias del día anterior, sólo que el día anterior para mí, ella no existía. Fue ese pensamiento el que me hizo callar de repente mientras Helen seguía esperando respuesta para una pregunta que ya no recordaba.

¿Estaría prohibido hablar con el servicio? Era una posibilidad. Pero no iba a considerarla. Esta vez no. Por una vez, podía relajarme y encontrar a alguien dispuesto a hablar conmigo, hacerme reír; y más importante aún, alguien al que hablar y hacer reír. Llevaba muchos días sin poder contactar con mis amigas. Ni Luz, ni Claudia ni Laura se conectaban al Messenger ni respondían a mis correos. Me habían abandonado, como un perro en vacaciones y gracias a Helen, no, gracias a Yolanda, había recuperado parte de eso.

Nunca sería igual, pues mis amigas seguirían en mi recuerdo por más que intentara fingir lo contrario. No obstante, no me sentía incómoda con Helen. Ni siquiera tenía que esforzarme por llevar las riendas de la conversación, pues varias sirvientas más se habían unido a nuestra charla. Bromeábamos, nos reíamos, yo escuchaba y participaba más bien poco mientras ellas limpiaban y limpiaban.

Al cabo de una hora la mayoría abandonaron la habitación para dirigirse a la zona de las cocinas. Fue entonces cuando Isabel hizo su entrada. Traía consigo un vestido azul cielo y blanco.

- Hola, Sheila. ¿Qué tal está?

- Las normas han cambiado, Isabel. ¿No lo sabías? – le preguntó con gesto serio la criada con la cual había estado charlando momentos antes. Isabel negó con la cabeza mientras fruncía el ceño, lo que me extrañó por no ser habitual en ella. – Aquí se tutea. – dijo acompañando con un guiño.

Isabel me miró como diciendo: “¿Me he perdido algo?”, pero yo me limité a encogerme de hombros y sonreír, divertida por el desconcierto de mi amiga. Me tendió el vestido tras comprender que fuera lo que fuese, no se trataba de nada malo y yo me deslicé hasta detrás del biombo, junto al tocador, para vestirme. Estaba de tan buen humor que ni siquiera me importó tener que llevar un gran lazo azul marino atado al cuello. Salí al pasillo cuando mis guardaespaldas vinieron a buscarme. Su gran estatura y su corpulencia imponían respeto y desconfianza, motivo por el cual no traté de hablarles como había hecho con las criadas en mi cuarto. Aun así, cuando les vi mi cabeza no pensó: “Ojalá no existieras”, más bien: “Estáis aquí de nuevo”. Comenzamos la misma ruta de siempre en un silencio más tenso de lo normal cruzando los interminables pasillos y bajando escaleras de todo tipo. Al llegar a la pesada puerta del comedor, eché un último vistazo a mis escoltas que ya se retiraban hacia sus respectivos puestos para seguir trabajando.

- Hasta luego. – me despedí.

Sólo uno de ellos se dio la vuelta para contestarme.Tendría unos veinte años y unos impresionantes ojos verdes. El traje de mayordomo le daba un aire muy elegante y armonizaba perfectamente con sus cabellos negros.

- Hasta luego, Sheila. – Y antes de perderse por uno de los corredores sus labios formaron una sonrisa.

Me quedé mirando el pasillo por donde habían desaprecido sus ojos verdes y esa sonrisa encantadora. Después, abrí la puerta del comedor para enfrentarme a otra batalla con mi irrefrenable lengua mientras me repetía una y otra vez que debía sonreír y parecer entusiasmada con mi fiesta de cumpleaños. A pesar de mi buen humor, acabé cansada y harta de contestar de buenas maneras a los comensales sentados a la mesa. Eran los efectos secundarios de esas comidas con tantas personas sentadas a la mesa. Me quitaban la energía poco a poco hasta quedarme sin hambre y el estómago revuelto. Al contrario de Karen, nunca llegaría a acostumbrarme, lo había asumido.

8 comentarios:

  1. SIIIIIIIIIII!!!!!! SIII SIIII SIII SIIIIIIIII!!!!!!!! Y ENCIMA TIENE OJOS VERDES!!!!!!!!! SIIIIIIIIIIIIIIIIIIYUJUUUUUUUUUUUUU!!!!!! Ala, ya me he quedado a gusto y he transmitido mi euforia! De verdad, esto es lo mejor que le ha pasado, descubrir los placeres del amoorrrrrrrrrr. Por favor, quenotenganoviaquenotenganoviaquenotenganovia! Una cosa mas, me parece genial el cambio de actitud que esta teniendo Sheila Y ADEMAS EL MAYORDOMO GUAPO LE HA TUTEADO!!!!!!! POR QUE NO SE HABIA FIJADO ANTES EN EL?!?!?! AAAAAAAHHHHHHHH MI CHICO DE OJOS VERDESSSSSSSSS. Ufffffff, ahora si que me he desahogado. Besos:)

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    1. Gracias, Queen A :) Ya veo que te ha gustado ya XD Bueno me alegro mucho. Sheila es una persona que juzga a las demás muy rápidamente, así que este cambio yo creo que le vendrá bien. Muchos besos!!

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  2. BIEN!!! Por FIN aparece el misterioso chico, encima con cabello negro y ojos verdes! Tenia ganas de saber como actuaria Sheila cuando le gustase alguien y si se abriria un poco mas a la gente! No puedo esperar para el proximo Besos :D

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    1. jaja Estoy con vosotras en el fondo necesitábamos a un chico urgentemente en esta historia ;) Muchas gracias por leer mi historia Laura. Mañana publicaré el siguiente. Besos ^^

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  3. Como llevaba mucho tiempo de vacaciones no he podido leer mucho, pero ahora que he vuelto ya me he puesto al día. Ahí voy:
    G-E-N-I-A-L así es como describiría esta historia.
    La verdad es que yo estaba de acuerdo con Carmen, Sheila no me caía muy bien xD Pero ahora ya la he perdonado ;)
    Y una cosa más... OJOS VERDES *-* yo también quiero un mayordomo con ojos verdes ^^
    Nada más que decir, o bueno sí, ¡quiero el siguiente capítulo!
    Un besazoo! :)

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    1. Muchas gracias Moon Light ^^ Si te soy sincera, creo que Sheila ha creado más simpatías de lo que esperaba XD Así que no me sorprende que me lo digas. Eso sí, creo que también se la puede perdonar un poco con estos últimos capítulos.
      Por aquí hay mucha gente fan de los ojos verdes jaja Me gusta ^^ El siguiente ya está puesto y enseguida pondré la segunda parte del 22. Un beso Moon Light ;)

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  4. WIIIIIIIIIIIIIIIIIIIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!! SIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!! POR FIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIN!!!!!!
    LOVE LOVE LOVE!!!!!!!!! Jajaja Mayordomo ojos verdespelo negro y sonrisa encantadora, me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! Seguro que se enamoran y se besaaaaaaaan!! Sisisisi! Que se beseeeeen!!!! Además le ha dicho hasta luego a Sheila!! Pero que monoo!!!
    Me ha encantadoooooooooooooooooooo!!!! CHICO GUAPOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!
    Un besoo

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    1. Cuánta emoción hay por aquí hoy! XD Bueno, me alegro de haber acertado con el personaje y espero que os siga gustando de aquí en adelante ^^ Un beso

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