Nos encontrábamos a veinticuatro de mayo, a tres días de la
ceremonia del concurso y de mi fiesta de cumpleaños. Todos estaban atacados.
Había que ultimar detalles y más detalles, por lo que los criados iban de un
sitio a otro a un ritmo imposible de seguir. Con sólo mirarlos, me mareaba, así
que intentaba ignorarlos. Esa mañana, el ruido en la mansión era insoportable
debido al ajetreo, pero nadie parecía darse cuenta de lo molesto que resultaba.
Daba igual que saliera a la terraza y cerrara la puerta, que me escondiera
debajo de las sábanas con la almohada sobre mi cabeza o utilizara tapones.
Seguía oyéndolo. Por una vez, la habitación parecía ser un lugar lo
suficientemente seguro como para querer quedarme en él todo el día. Sin
embargo, extrañaba a Isabel. Debía trabajar, como todos los demás, y apenas nos
habíamos visto en esa semana, por lo que yo me sentía mucho más nerviosa de lo
normal.
Esa mañana, nada me distraía. Deambulaba de un lado a otro de la habitación cuán animal enjaulado
y hambriento. Lejos de estar sola, en mi habitación había al menos cinco
criados que recogían, limpiaban y, cómo no, cotorreaban. Con mucho gusto habría
saltado desde mi barandilla para salir al jardín, pero faltaban pocos días para
mi huida y ese tipo de riesgos eran innecesarios y peligrosos. Así que allí
estaba yo, mareándome por culpa de las vueltas y los criados chismosos. Hasta
que la presión pudo conmigo.
- ¡¿Queréis callaros de una vez?! – les grité con gran
enfado. Todos se giraron para mirarme. No era la primera vez que les gritaba y
no pensaba que les fuera a molestar tanto. Sus ojos mostraban desagrado, rencor
y sorpresa a partes iguales. Tampoco es que quisiera ser su amiga, pero me
sentía culpable. Al fin y al cabo, no tenían por qué pagar mi falta de paciencia.
– Lo siento.
Me retiré al diván para evitar saber su reacción.
Necesitaba alejarme de todo y de todos. Al menos, intentaría herirme solo a mí
misma y no a los que me rodeaban. Saqué de mi bolsillo vaquero el reproductor
de música con la esperanza de encontrar en alguna canción la paz que
necesitaba. Me arrellané entre los cojines del diván, dispuesta a pasar así el
resto de la mañana. Con los ojos cerrados y los oídos taponados por el volumen
de la música de Adele, a punto estuve de conseguirlo. Pero algo falló. Mejor
dicho, alguien.
- ¿Le importa si le hago un poco de compañía?
Abrí
los ojos de repente. Apoyada sobre la barandilla se encontraba una de las
criadas del servicio. Como todas, lucía el uniforme obligatorio, pero no
cuadraba en él. A lo mejor era por su juventud, tendría unos veinte años o ,tal
vez, por su pelo pelirrojo y su coleta de caballo. Fuera lo que fuese, nunca me
hubiese imaginado que la persona que tenía en frente era una criada.
- Supongo que no. – A mí misma me sorprendió mi respuesta
nada más decirla, pues no solía tener tanta confianza con ninguna de mis
doncellas vigilantes. Sin embargo, por alguna razón, tenerla a mi lado hacía sentirme más
tranquila.
Hizo un movimiento de asentimiento con la cabeza y después,
nada. Se limitó a quedarse apoyada en la barandilla contemplando el trabajo de
sus compañeros en la habitación. Ni sonreía ni parecía aburrirse. Simplemente,
los miraba como si fuera una serie de la televisión. No vi necesario romper el
silencio creado en la terraza, pues no me sentía para nada incómoda. No hubiera
imaginado que alguna de ellas pudiera ser tan silenciosa y paciente. En
general, todas eran como un remolino incontrolable de cotilleos y palabras que
se convertían en un ruido molesto al poco rato; sin embargo, el silencio de la
pelirroja fue como un bálsamo de tranquilidad que, además, evitaba hacerme
sentir sola. Me di cuenta de que había estado observándola todo el tiempo
cuando se giró hacia mí y me dedicó una media sonrisa. Correspondí a su gesto con
otra sonrisa cómplice y desvié la vista hacia mi reproductor de música para
concentrarme en una nueva canción.
Cinco minutos después, una mujer se acercó a la terraza en
busca de la pelirroja. Era mucho mayor que ella y algo rechoncha. Por su cara
de grandes mofletes y ojos pequeños, me la imaginé en una cocina haciendo
galletas. De hecho, me pareció apreciar un ligero olor a galletas cuando salió
al aire libre, pero más podía tratarse de mi imaginación que de una realidad.
- Yolanda, te necesitamos aquí dentro. Sé que estás
cansada, pero debemos continuar.
- Claro, Helen. – Se
separó de la barandilla y antes de salir, se giró de nuevo para despedirse con
un gesto de su mano. Feliz de tener una pequeña cómplice silenciosa entre todo
aquel, le devolví el saludo con ganas.
En ese momento, vino a mi memoria el recuerdo de la
discusión con Carmen. Tenía razón, era hora de reconocer que me había
equivocado. Ahora, aprenderme sus nombres ya no era una tontería sino una
manera de aliviar mi culpa, de aprender nuevas cosas de los que me rodeaban. Con ese pensamiento en la cabeza, volví al interior.
Me encanta^^ Escribes taaaaaaaaaan bien!!
ResponderEliminarMe cae muy bien Yolanda, espero que se hagan amigas!
Y el chico guapo... espero que aparezca pronto!!! jajaja
Me muero porque llegue el día del concurso y ver que se te a ocurridooo!!
Un beso!!
Gracias cereza ^^ A mí también me cae muy bien Yolanda. Y lo del chico guapo, tal vez sea en el siguiente o en el 22. Lo del concurso ya lo veréis... ;) Un beso
EliminarEl capitulo genial! Ya me estoy hartando de decir siempre lo mismo pero es que es verdad :D Yo tambien quiero que aparezca el chico! Con un poco de suerte, hasta es uno de los finalistas del concurso, pero no me hagas caso que es solo mi imaginacion! xd
ResponderEliminarUn beso!
Muchas gracias Laura ^^ Ya veo que todas queréis que aparezca el chico eh? ;) Pero está bien que os imaginéis como va a seguir, así me podéis dar alguna idea ^^ Un beso
EliminarYolandaaaa! Me cae muy bieen =) nunca había visto en una novela a una chica que se llamara Yolanda, es mi nombre =D jajaja pues bueno, que espero que se hagan muuuy amigas ;)
ResponderEliminarMe encanta tu novela, acabo d empezar a leerla, y ya me ves aquí, leyendo, (cuando la semana que viene tengo 10 examenes,mas bien 12.. buff)
Pues eso, que me gusta mucho como ecribes =) espero que nunca dejes de escribir ;)