Levanté la vista del cuaderno en el cual llevaba
escribiendo durante más de dos horas. Con gran alegría recogí mi material
escolar y me levanté del escritorio. Mis huesos se quejaron ante la repentina
actividad y escuché algún que otro crujido, pero no le di mayor importancia,
pues estaba acostumbrada a ellos. Anduve por mi habitación para intentar desentumecer los
músculos agarrotados tras estar tanto tiempo quietos en la misma posición.
Tardé cinco minutos en sentirme del todo recuperada y entonces disfruté de mi
victoria ante los números. Ya podía decir que había ganado por un día mi
batalla contra las matemáticas o ,como yo las solía llamar, “revoltijo de números
y letras sin sentido”. Odiaba, en especial, las ecuaciones; aunque ,en gran parte, esto
se debía a mi profesor particular y no a su dificultad (que la tenían).
No pude evitar reírme ante la imagen de mi maestro que
había aparecido sin avisar en mi mente. El señor Domínguez era un hombre de unos cincuenta
años mal conservados. Siempre llevaba unas gafas metálicas de color negro y el
mismo tipo de ropa día tras día: camisa de manga larga (incluso en verano),
pantalones de vestir, zapatos y una llamativa pajarita anudada al cuello. Todo
este conjunto era la probable causa de que siguiera soltero a su edad. Sin embargo, si bien
no estaba dotado con el don de la belleza, sí era muy inteligente. En especial,
con el revoltijo de números y letras sin sentido. Su pasión por las
matemáticas, rozando incluso la locura, y mi aversión por estas, habían
provocado que me tuviera que tragar más de un sermón sobre la verdadera
importancia del cálculo y la estadística en nuestra sociedad. Llegué a
acostumbrarme a estos eternos monólogos y dejé de prestarle atención mucho tiempo
atrás. Al menos hoy había terminado mi tarea y no perdería dos horas (o quien
sabe si más) escuchando otra de sus charlas.
Sin embargo, aunque mi pesadilla matemática había
concluido, se me cayó el alma a los pies cuando miré por la ventana. Fuera
llovía. Bueno en realidad decir que llovía es quedarse muy corta; diluviaba. El
agua caía con una fuerza descomunal y amenazaba con romper el frágil cristal de
mi ventana. Si prestaba atención, incluso podía escuchar un golpeteo continuo
sobre el tejado, situado un piso por encima de mi habitación. La visibilidad
era nula y estaba segura de que me perdería si se me ocurría salir al exterior.
Mi única vía de libertad se había cerrado de golpe y la tarde se había
convertido en la promesa de ser la más aburrida de mi vida. Sin duda no pude
evitar pensar en la posibilidad (bastante probable) de que el destino me
estuviera gastando una de esas bromas que nunca llegaré a entender. Desde ese
día, apunté la palabra “lluvia” en mi lista de “cosas que odio”, engrosando una
enumeración de todo aquello que aborrecía con todo mi corazón o, simplemente,
me molestaba. He de decir que aún conservo ese papel arrugado que con los años
se había llenado de mis peores pesadillas hasta alcanzar una extensión
considerable.
Admitir ese sentimiento no arreglaba mi problema del
repentino encierro.
No tenía escapatoria.
Un pensamiento de angustia extrema cruzó rápidamente por mi
cabeza y amenazaba con quedarse. De repente, al mirar a mi alrededor, las
paredes parecían estar más cerca de lo habitual. Me asfixiaban. Tenía la
sensación de que el espacio se reducía peligrosamente. El aire empezó a entrar
con dificultad a mis pulmones. Mi vista empezó a nublarse y me agarré la
garganta como si de la vida se tratase porque, de hecho, era así. Un dolor
agudo surgió de mi pecho. De repente, ya no estaba de pie, sino en el suelo. No
podía hacer nada. Sentía que todo dejaba de tener sentido mientras mi mente se
apagaba por momentos.
La historia por ahora va genial, me gusta mucho la verdad. Cuando puedas, publica más (:
ResponderEliminarMuchas gracias Juanma ^^ Publicaré una ampliación de este capítulo o ya el segundo (no tengo claro lo que haré) dentro de poco.
ResponderEliminarMe parece bien, me enganché a la historia jaja
EliminarAquí estoy y ME ENCANTAAA! ES GENIAAL! Pero que le ha pasado? Espero que nada grave, menos mal que ya tienes el capítulo 2 colgado!!
ResponderEliminarGran comienzo, seguro que será una historia fabulosaa!
Besos!!
Me alegro de que te guste ^^ Perdón por el sustillo. Digamos que lo escribí como si fuera una especie de ataque de pánico. Nada de lo que no se vaya a recuperar ;)
Eliminarme gusta , sigue así
ResponderEliminarGracias peekatgal ^^
Eliminar*-* Siento no haber comentado antes, no tuve tiempo de leerlo, pero es GENIAL :3
ResponderEliminarNo te preocupes :) y muchas gracias ^^
Eliminar