domingo, 2 de febrero de 2020

Novata de bata blanca (Capítulo 2)


Hola, hola! Bienvenidos un día a más a Si el tiempo llega tarde y, más concretamente a la sección de “Novata de bata blanca”, que tuvo su primera entrega hace más de un año jajaja (os dejo el link aquí). Si os soy 100% sincera, me he pensado mucho si hacer esta entrada o no… De hecho, tenía preparado otro capítulo ya escrito y listo para lanzarlo a la Internete, pero finalmente no he podido mirar hacia otro lado cuando mi cabesita me pide que hable sobre algo muy distinto. Sí, amigos míos, hoy la Medicina y yo nos ponemos intensitos.


Para los que no lo sepáis, yo soy muy fan de twitter. La de horas de procrastinación que tendré yo ahí acumuladas… jajaja El caso es que mi deformación profesional como estudiante de Medicina me ha llevado a seguir varias cuentas relacionadas con el tema. La mayor parte de las veces esto me deleita con memes de los que comparto con mis compañeros de carrera para echarnos unas risas (nadie fuera del gremio les encuentra la gracia jajaja) Sin embargo, si por algo es conocida esta red social es por los debates y polémicas que saltan cada vez por tres y encienden a defensores y retractores por igual. Y de eso va la cosa hoy.


En Diciembre del año pasado estalló un debate a raíz de una ilustración de Mónica Lalanda (@mlalanda), cuya versión al completo os muestro aquí. Para ser exactos, está basada en una campaña del NHS de hace unos años llamada “You can choose better”, pero su significado sigue a día de hoy muy muy vigente; no en vano las portadas de los periódicos han vuelto un año más a llenarse con titulares sobre el colapso de las Urgencias con motivo de la epidemia de gripe. 




Con esta viñeta, Mónica, junto con otros muchos profesionales que se sumaron a su iniciativa, critica el mal uso de los Servicios sanitarios, especialmente de Urgencias, pidiendo responsabilidad a los ciudadanos que abusan de estas vías.


Y ahí fue cuando se prendió la mecha… 


Porque, claro, con una Atención Primaria maltratada que no puede atenderte en el tiempo adecuado y sin tener tú ni idea de por qué te duele algo, ¿cómo no vas a ir al médico de Urgencias y que te lo explique o te recete algo? ¿No es ése tu derecho como usuario de la Sanidad Pública?



Vamos a empezar a matizar y contrargumentar… 


La Sanidad Pública de nuestro país es un privilegio que muchas veces damos por supuesto y, en consecuencia, no lo cuidamos como deberíamos. A fin de cuentas, los derechos no están exentos de responsabilidad, pero ése es un detalle que se nos suele olvidar a menudo. Con esto en mente, es deber del usuario utilizar los recursos en consecuencia y saber que un resfriado común no es motivo para colapsar los ya hasta los topes servicios de Urgencias. Porque esto es una realidad que se repite continuamente. Yo misma, que actualmente me encuentro rotando por Traumatología, he visto con mis propios ojitos pacientes en las consultas que ni siquiera deberían estar ahí… 


Tampoco puedo entender cómo todavía hay pacientes que se quejan del tiempo de espera alegando que alguien que llegó más tarde que ellos es atendido primero. Así que, desde mi pequeño rincón del mundo, aclararé desde ya una de las reglas fundamentales de las Urgencias: no se atiende por orden de llegada sino por orden de gravedad. Aquel que tenga un problema más grave o urgente es el que es atendido antes. Fácil y sencillo. 



Por eso el triaje, es decir, el proceso por el cual se criba o filtra a los pacientes para asignarles una prioridad u otra, es tan importante. Aun así, ha sido utilizado estos días también como uno de los argumentos para animar a los usuarios a ir a Urgencias con total libertad. Esto es porque, si ya hay alguien en el hospital que se encarga de que la persona que tiene un infarto pase primero, ¿por qué no voy yo a acudir y que una vez allí me organicen, aunque sea a costa de ser atendido más tarde? No les estaría quitando el hueco a esas personas que más lo necesitan, ¿no? 


No obstante, ambos pasamos por la burocracia y las colas, es decir, como muestra la imagen (ubicada de por sí en el triaje), el infarto igualmente tarda mucho más en ser filtrado y atendido, sobre todo si lo ponemos en el contexto de un momento de sobrecarga del sistema.


Al final, todo esto se reduce a un concepto bioético muy claro: principio de justicia o del reparto justo de los recursos. Tenemos lo que tenemos (lo que nos han dejado tener…) y debemos asegurarnos no de que todo el mundo reciba lo mismo, sino de que todos reciban de forma equitativa y proporcional lo que necesitan. Los recursos que se destinan a una persona no se pueden destinar a otra. Tu puesto en Urgencias es un puesto que no le pueden dar a otra persona. Puede sonar cruel o frívolo, pero es una realidad que no podemos obviar. Si lo hiciéramos, no estaríamos siendo buenos profesionales ni ayudando al correcto funcionamiento de todo el sistema.


Sinceramente, mi inexperiencia me impide ni siquiera sugerir cuál podría ser la solución de todo esto… Soy consciente de que estoy metiéndome en un debate del que puede que no salgamos nunca y para cuyo análisis, si os soy sincera, no sé si estoy preparada aún…


Hay quienes no ven con buenos ojos el término de “abuso” de los servicio sanitarios porque entienden que es un ataque directo a los usuarios y, aunque estoy convencida de que tal práctica existe por parte de un porcentaje de la población, no podemos gastar nuestras energías en buscar culpables sin mirarnos también a nosotros mismos en el espejo. Como profesioniales de la salud es nuestra misión realizar educación sanitaria para la población y explicar por qué hacemos lo que hacemos y por qué es importante hacerlo. El empoderamiento del paciente y de su autocuidado no es porque queramos quitarnos trabajo, sino porque es una parte clave en el manejo y la prevención de numerosos procesos, así como de la expectativa de vida. Otro día quizás deberíamos abrir otro debate sobre las expectativas y la idea de Salud que tiene la población.


En cuanto a la educación sanitaria, supongo que el hecho de que la Medicina caiga en el saco de las ciencias no nos ayuda… Esa asignatura que nos han hecho creer que es tan difícil… Y claro, lo médicos nos quejamos (me voy a incluir aquí como si no quiere la cosa…) de los mitos y lo malos que son nuestros pacientes por no hacernos caso nunca, cuando, aunque siempre hay pequeñas verdades en todos los puntos de vista de una misma historia, es innegable que no es suficiente con saber mucho, sino que también hay que saber expresarlo y comunicarlo adecuadamente. En definitiva, convencer.


Estamos muy lejos de disfrutar de un sistema perfecto y tanto los pacientes como los profesionales de la salud lo sufrimos día a día. Ojalá pudiéramos disponer de unas urgencias en Atención Primaria más reforzadas o, dicho sea de paso, una Atención Primaria en todo su conjunto más preparada y con más recursos. Pero, hasta entonces, deberíamos cooperar juntos para salir adelante sin malgastar nuestras energías en tirarnos los trastos a la cabeza los unos a los otros.

No sé… como estudiante que puede que en el futuro se haga Médico de Familia quiero dejar aquí mi pequeño comentario y que sea el mundo el que recoja el guante.


¿Vosotros qué pensáis? ¿Abrimos conversación en los comentarios? ¿Alguna anécdota o historia que queráis compartir? Quizás aprendamos un  poco los unos de los otros :) 


Hasta pronto!!
 

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