I *love* Túnez

Hola, hola :) ¿Os acordáis de una sección que empecé hace ya tiempo con esta entrada sobre Madrid, en la cual iba a hablar sobre ciudades que hubiese visitado? Pues bien, creo que ya ha llegado el turno de un lugar que hace unas semanas estuvo en boca de todos y que hoy llega a Si el tiempo llega tarde para demostrar al mundo que las apariencias engañan.
¿Viajáis conmigo? ;)

Os voy a ser franca, me gustaría, no, me encantaría poder estar escribiendo esta entrada en unas circunstancias bien distintas; sin embargo, no puedo dejar olvidado un lugar que en lo últimos días ha sido atacado de muchas maneras diferentes.

He estado en Túnez. En mayo del año pasado, mis compañeros y yo nos fuimos de viaje de fin de curso en un crucero por el Mediterráneo y quiso nuestra ruta llevarnos en primer lugar a Túnez (que no Turquía que no sé por qué siempre las suelo confundir jajaja). Era (y es) el primer país que visitaba fuera de Europa y, por tanto, también el que inauguró mi pasaporte, aunque lejos de hablaros de mi deseo de llenar esa libretilla con futuros viajes, está el de conocer algo completamente distinto a lo que ya conocía.

Y lo primero que hay que destacar es el contraste. 

No lo voy a negar. Ya desde el primer momento en el que te metes en la autopista y te das cuenta de que casi se parece más a una misión suicida que a un viaje de relax, empiezas a comprender que las comparaciones son odiosas pero igualmente inevitables. Túnez aún está creciendo y evolucionando. Lo ves en algunas de sus calles, en el dejà-vu de otros tiempos pasados convertido en presente, en el agobio de sus mercados, en sus fachadas...; lo sientes en forma de ligera desconfianza. Y es que con mayor o menor recelo todos teníamos expectativas y sabíamos que sería una experiencia de tan solo un par de horas pero de la que aprender.

Y entonces...

Entonces te enteras de que han llegado un par de descerebrados y gritan con la voz de las armas unos ideales que solo pueden ser los de la barbarie.

Y claro, la gente opina y piensa: África, islam, un territorio cercano a zonas de evidente conflicto... Es blanco y en botella, ¿no?

Y así, los cruceros se desvían, el turismo decrece y las ilusiones se apagan.

Y todo por un par de hijos de puta.

No me malinterpretéis, la seguridad de los turistas (en cualquier país) es un tema prioritario y es lógico que el miedo nos aleje de algunos destinos y nos acerque a otros. Si yo fuera la madre de uno de los alumnos de mi instituto que este año repiten nuestros pasos en el Mediterráneo, seguro que me lo pensaría dos y tres veces antes de permitir que mi hijo fuera a un lugar tan sensible. Porque nadie duda en volver a París. Está dentro de Europa, de lo conocido. De lo seguro. ¿Pero Túnez? Casi parece que "se veía venir".

Y, sin embargo, cuando las calles francesas se llenaban con protestas en favor de la libertad y la justicia, el revuelo en torno a los sucesos del Museo del Bardo casi se mantuvieron en silencio o, por lo menos, no levantaron tanta exaltación. Pero, aunque se nos parece olvidar a menudo, Túnez es una democracia consolidada que dio la espalda a la violencia. #NousSommesBardo

No me gusta repetirme en lo de que no me malentendáis, pero no os estoy pidiendo que vayáis todos en masa a Túnez. Ni siquiera sé si en un futuro cercano yo me lo plantearía. Y aun así, espero que podáis ver un poco más allá de las apariencias con lo que os quiero contar.

¿Sabíais que Túnez es conocido por su flores? Muchos de los perfumes de alta gama que salen con etiquetas, por ejemplo, francesas, tienen su origen en Túnez, donde el trabajo de perfumista es casi algo tradicional. Nosotros tuvimos la oportunidad de conocer a un grupo de perfumistas de la Medina, que nos enseñaron cómo se consiguen las esencias y el proceso que requiere la elaboración de un perfume. Dato curioso: la próxima vez que veáis un botecito de Channel nº 5 que sepáis que proviene de la esencia de la flor del cactus ;) ¿A que dicho así no suena tan glamuroso? xD Después de hacer algunas compras nos dirigimos a un pueblecito cercano a la capital Sidi Bou Said, el cual se caracteriza por sus típicas casas en blanco y en azul. Si esto no demuestra la belleza del país entonces no sé qué lo hace... Ah y por supuesto había que hacerse un dibujo de henna, una pintura que se utiliza en la piel para recordarnos que no olvidaríamos Túnez con tanta facilidad.

Espero que vosotros tampoco lo olvidéis.

No sé si habré conseguido trasmitir con claridad lo que quería deciros pero, sea como sea, tanto si ya habíais estado en Túnez como yo o, simplemente, os apetece comentar cualquier cosa sobre la entrada o la sección, no os cortéis y dejádmelo en lo comentarios de abajo ^^ Yo os responderé encantada :) Seguro que de aquí podemos sacar un debate interesante ;)

Nos vemos la semana que viene, aunque no creo que pueda traeros el capítulo 71 como esperaba :S Eso sí, estoy segura de que no tardará mucho más en salir :P

PD: Las fotos que he ultilizado en esta entrada han salido de mi cámara :P